28 de mayo de 2008

De boda en boda y tiro porqué me toca


Bueno pasados unos días para recolocar mi agenda he visto que no tengo ninguna idea buena para poner en el blog.


Había pensado hablar sobre la diferente fauna que hay en cada boda, se repiten roles y tópicos que son esperados y si faltan les les echa de menos y la boda ya no es tan "boda".


Primero estamos "las amigas", las que días antes lo tenemos todo previsto: depilación, manicura, peluquería, peelings, encontrar vestido+zapatos+complementos, comprar el regalo y preparar alguna que otra sorpresa cuanto más emotiva mejor y el premio son las lágrimas de emoción de los novios. Somos ese grupo "disfrazado" de etiqueta que nos sentimos como pretty woman y estamos un poco histéricas y estamos colgando del brazo de nuestras sufridas parejas ya que nos hemos comprado unos zapatos de metro y medio de tacón y necesitamos un refuerzo para caminar. Nosotras ya estamos llorando solo de ver el novio y soltamos un Oooohhh mayúsculo cuando la novia entra en la iglesia o dónde se oficie la ceremonia. Una vez pasada la ceremonia nuestros ojos actúan como un escaner y captamos todos los detalles, los defectos de cada uno de los presentes, todo se guarda en una parte del cerebro y se repasa en corrillo (como en una reunión de espías) en el aperitivo, entre martinis y canapés de algo exótico a más no poder.

Aquí entra el tema aperitivo: os puedo jurar que en alguna boda he comido algo que me ha gustado pero no he logrado identificar. Mi novio me pregunta: - ¿Está bueno? y yo: Pffi (tengo la boca llena) y él: ¿Qué es? . Yo: "Ni iffdea" y salgo corriendo detrás de otro camarero con una bandeja llena de vete tu a saber qué. Me vuelvo loca en los aperitivos, parece que no haya comido en tres semanas, lo engullo todo, lo quiero probar todo y beberlo. Si en un aperitivo hay una gran cola, solo puede ser dos cosas: la barra de bebidas y la del jamón ibérico.

Por ahora lo dejo aquí. Pero el tema bodas da para mucho, mucho.

22 de mayo de 2008

Fin de fiestas


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Originally uploaded by pomaipera

Se acabaron las bodas y otros eventos festivo-sociales. ¡Por fin! Y no es que haya ido a esas dos bodas sin ganas, no sinó al contrario, pero creo que me han chupado toda mi energía. Esta foto representa el final de la fiesta, cuando los pies te duelen a rabiar y aún te queda llegar hasta el coche y subir las escaleras de tu casa. Cuando el maquillaje resistente no quiere irse por el desagüe del lavabo y tienes que estar media hora limpiando la cara. Cuando buscas un lugar para la figurilla de "los novios" que te han regalado por enésima vez aunque hayas gritado a los vientos que ¡¡¡¡no nos casamoooos!!!! pero en el momento que te los dan te hace ilusión porqué representa que esa pareja han pensado en nosotros.
Lo único que me sabe mal de no casarme es perderme el viaje de novios.
¡¡¡Espero recuperarme y volver con fuerza!!!

10 de mayo de 2008

Cena


Ayer estuve de cena. De cena en casa de unos amigos, no en un restaurante. Y comprobamos cómo nos ha cambiado la vida.
Total parejas: 5
personas soltera/separada: 1 (sus hijos estaban con la madre)
niños/bebes: 4
Conclusión: 1 pareja sin niños + 4 parejas con niños + 1 padre con la noche libre.

La cena estuvo de maravilla, comimos paella (que es ideal para la noche del viernes y para mi dieta aún más) y hubo un momento antes de los postres que me quedé sola en la mesa. Sí, sí ¡¡sola!! mis amigas habían repartido en diferentes habitaciones a sus peques y estaban haciendo el control de rigor y los machos estaban todos en el jardín fumando. Y yo que ya no fumo desde hace un puñado de años y no tengo hijos me quedé sola frente la colosal mesa picando que si ahora una aceituna, humm a ver si queda de ese queso, que si me lleno otra vez la copa de vino blanco (por cierto buenísimooo) hasta que todos volvieron a sus puestos dispuestos a atacar a los postres. Después de los postres hubo algún sonido infantil a través del interfono que hizo levantar de la mesa a alguna madre o a la pareja al unísono (depende de lo novatos que sean esto de ser padres). Y pasamos a las copas: gin tonics. Los machos volvieron a salir para fumar y las mujeres recogieron la mesa. Y yo que ya iba medio cegata de vino blanco me quedé sentada en la mesa. ¿Pero que mierda es esta? pero que modernas son las mujeres: cuidan de sus hijos y limpian y mientras los machos ibéricos están de cháchara fumando. Al final me levanté a ayudarlas más que nada porqué no me digan que no moví el culo. Una vez recogida la parafernalia, las chicas nos quedamos dentro y ellos fuera. Solo volvieron a sentarse con nosotras cuando descubrieron que estábamos hablando de sexo.
Nos reímos un buen rato, criticamos también y en eso todo el mundo colaboró con su pizca de ironía o cinismo. La verdad es que la cena salió perfecta. Y yo lo agradecí, aunque me gustaría que dejáramos de sentarnos SIEMPRE hombres a una punta de la mesa y las mujeres en la otra. Más que nada porqué siempre se habla de niños, tiendas pijas de ropita, cremitas, tamaño pañales, de pediatras. Lo encuentro normal e incluso participo en las conversaciones pero yo a veces desconecto. No formo parte de ese mundo. Pero en una cosa no ha cambiado nada: siempre acabamos hablando sexo y solo en ese momento tanto los machos como las hembras se vuelven a “rejuntar” para tener una conversación.