Como cada año, habrá millones de personas que pensarán esto mismo: "como cada año" , pues a eso iba, como cada año, me he pasado la noche del 24, todo el día del 25 y el 26 (en Catalunya es festivo) comiendo y bebiendo de todo menos agua.
Ahora estamos resacosos y algunos hemos vuelto en el trabajo después de 4 días de fiesta, pero... ai... no podemos bajar la guardia. Está ahí, esperando, aguardando con las manos frotándose, los ojos entrecerrados y la comisura de los labios torcida para arriba, ¡sí señores! el fin de año está ahí con toooooodas sus expectativas: gastarse un pastón en una cena donde al final te casi suicidas con 12 granos de uva y como premio a la superación a este ritual salvaje hay repartición de besos a todo quisqui incluso a ese/a que no te cae nada bien, te abrazas con ese/a amiga como si os hubierais reencontrado después de 10 años y en realidad ha estado cenando justo a tu lado y habéis criticado de lo lindo las vestimentas de la mesa de al lado.
Y todo esto pasa cuando todos nosotros vamos vestidos con nuestras mejores galas (pero para la ropa interior unas braguitas rojas compradas en los chinos) y con un gorrito de papel en la cabeza que te acaba de destrozar las 2 horas que te has pasado en la peluquería. Después para acabar el ritual uno empieza a pitar con los silvato que nos regalan con el cotillón y se monta un coro de pitidos al más fuerte mejor y la tele a todo ganchete y nos parece estupendo, claro! cómo no nos va aparecer estupendo, ¡aun podemos respirar!
Además, esa noche estás obligado a pasarlo bien. Sí, sí, digo obligado porqué esa noche es "ESA" noche, donde dejas lo viejo y empiezas de nuevo: la dieta, el dejar de fumar, el apuntarse al gym e ¡ir!, apuntarse a clases de inglés, de yoga y de paso ir a clases de shiatsu para iniciados.
Lo mejor de todo es que realmente uno piensa que sí, que esta vez sí hará lo que se proponga y el día 1 de enero será ese nuevo día de esa nueva vida que te está esperando porqué te la mereces. Crees que serás mejor persona, que tendrás más paciencia, etc. y que todo te saldrá bien.
Bueno pues para conseguir todo esto uno cree que el esfuerzo se debe hacer durante las horas de la nochevieja y consta de reír mucho, disfrutar de la música y todo regado con alcohol+refresco, o sea, a base de cubatas, te gusten o no, porqué es nochevieja y uno ha de beber por nochevieja y si además te gustan, no pasa nada esa noche tu mujer te deja beber a destajo porqué es nochevieja.
También te atreves a bailar con el guaperas/ la guapa de turno porqué es la fiesta de fin de año (y tu pareja no dice nada), te dejas achuchar un poco por aquel amigo borracho o por la pesada de tu amiga porqué es nochevieja y hagas lo que hagas a todo el mundo le parece gracioso o normal.
Todo se perdona durante la noche.
Pero amigos, pensareis que el castigo por tanta libertad y lujuria, gula etc es la resaca... ¡pues no!
La resaca hace que la noche anterior sea una nube de recuerdos y lo feo se disimula y lo cómico se exagera y así vivimos engañados y nos vamos consumiendo el día a día pero siempre nos quedará el volver empezar en la próxima nochevieja.