2 de febrero de 2010

COLA EN LA FARMACIA



Curiosa situación la que viví haciendo cola en una farmacia. Los que me leéis ya sabéis que en las colas me pasan cosas raras por la cabeza reflexion en la cola del banco


Era una tarde que pedí salir antes del trabajo por varias razones y fui hasta la ciudad que tengo más cercana para hacer varios recados. A última hora me acordé que tenía que comprar algo en la farmacia y como había una cerca me fui directa allí.


En el mostrador había 3 chicas despachando y éramos 3 los que hacíamos cola cuando el chico que estaba delante de mí parecía nervioso, no paraba de cambiar el peso del cuerpo de un pie al otro y al cabo de unos minutos miró el reloj, resopló y se fue. Así que adelanté un paso hacia el mostrador y un hombre llegó y se puso detrás mía.


No hacía ni 15 segundo que el chico se había ido que decidió cambiar de idea y volvió a entrar y se puso delante de mi otra vez.


Ahí me surgió un dilema muy transcendental, no sabía si tenía que decirle: “el que va a Sevilla pierde su silla” es decir, ponte a la cola listillo o optar por no decir nada y seguir haciendo cola que igualmente cuando yo entré el chico ya estaba allí.


Pero mi mente empezó a echar humo cuando me pregunté si el hombre de detrás sabía que el chico que acababa de entrar ya había estado haciendo cola hacía solo unos segundos o creía que el chico se había colado por la jeta.


Por fin le tocó el turno al chico indeciso pero él estaba mirando las musarañas o los condones, aun no lo se y cuando yo iba a abrir la boca para decirle: “oye que te toca” noté en la espalda un pequeño pero contundente empujón que yo interpreté como un: “venga boba tira p’alante” así que como un autómata me planté delante del mostrador y evidentemente el chico se percató y protestó a lo que yo alegué: “ah! Es que estabas despistado” y ¿qué le iba a decir? ¿Que el tío de detrás mío me había empujado? ¿Y si el tipo lo negaba? ¿Y si realmente fue un accidente y lo que fue un tropezón lo transformé en una orden?


Por suerte el chico se conformó, me atendieron y salí casi corriendo. Eso sí, mirando de refilón al autor de mi reacción. El tipo fijó la vista frente suyo evitando la mía. Lo maldecí a él por su mala educación y a mi misma por ser tan boba.


La próxima vez que vaya a la farmacia y tenga que hacer cola, miraré las cajas de condones que por lo menos son coloridos y variados.


2 comentarios:

Jac dijo...

te falta entrenamiento, tienes que pasar mas tiempo en Barcelona.
La grandes ciudades sacan la mala leche que todos llevamos dentro

ivisca dijo...

Puede que el tio del empujón te lo diera pensando: "venga chiquilla no dejes que se cuele ése maníaco sexual, que te toca a ti". No?