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La decisión la tomó hace casi 7 años. Estaba contenta y decidida aunque había una voz en el fondo de su mente que le decía: ¡detente!, ¿estás segura?
-¡Claro! no pierdo nada y gano mucho
-Espera... ¿no estarás huyendo?
- ¡No! claro que no. He tomado una decisión y esto me alegra. Hago lo que quiero, es lo que estoy deseando. Y seré feliz
-Puede que sí... ¿pero a qué precio? Ahora estás huyendo y lo sabes. ¿Has pensado en el futuro?
- Solo se que es lo que el corazón me pide y yo le sigo.
-Espero que tu corazón esté quieto... pero sabes que tu naturaleza va a salir, se va a manifestar y después ...¿qué harás? ¿Volverás a huir? No será fácil.

Al cabo de 7 años la voz pregunta:
-¿Aun crees que no estabas huyendo? ¡Te rendiste!¡Cogiste el camino fácil!
-...
- ¿ Por qué te conformas? Al final tendrás que luchar.
- Cállate.
- Sabes que no puedo. Tarde o temprano volveré. No tienes elección.
- Siempre hay elección. Aunque ahora no se cual es.