31 de mayo de 2007

El misterio de los zapatos


Vas paseando por la calle y en un escaparate ves unos zapatos preciosos que te combinarían genial con ese vestido que nunca te pones, porqué precisamente no tienes unos zapatos apropiados. Entras y saludas a la dependienta que acaba de salir con un montón de cajas de la trastienda y le enseñas los magníficos zapatos que acabas de ver en su escaparate y mientras esperas ansiosa que te digan que sí, que sí hay tu número, estás imaginando que estás en una terraza vistiendo ese vestido y ... te interrumpe la dependienta, pero no pasa nada, porqué lleva la caja esperada y te los pruebas... te levantas y empiezas a andar por la tienda y vas diciendo con una gran sonrisa que sí, que te van genial y te paras delante de ese maldito espejo inclinado que te adelgaza mínimo tres tallas y te añade 15 centímetros de piernas. Te sientes divina, y no paras de sonreír y los compras.
Sales de la tienda sonriendo y balaceando un poquillo la bolsa, igual que cuando eras pequeña, te imaginas que el sábado te pondrás por fin el vestido y los zapatos, y hasta puede que ligues con ese chico que siempre le miras de reojo, pero que no quieres que ni él ni tus amigas lo noten.
Llegas casa, sacas la caja de la bolsa, te vuelves a probar los zapatos, pero los guardas rápido para que no se gasten, que no se note que los has usado, quieres que el sábado reluzcan.
Por fin llega el sábado por la noche, te pones el vestido y piensas ¡Qué bien me sienta! y coges la caja, la abres y quitas los papeles que protegen los zapatos y te sientas y te los pones... pero ... aquí llega el misterio... ya no son tan cómodos como te parecían, te rozan el dedo pequeño del pié, pero estás tan ilusionada, que piensas que al cabo de un rato ya no dolerán. Cuando caminas hasta el recibidor ya notas que te aprietan por detrás y coges unas tiritas por si acaso. Bajas las escaleras y ya estás maldiciendo los zapatos, pero sigues decidida a salir con ellos puestos, ¡¡con lo caros que te han salido!! empiezas a andar por la calle y te das cuenta que llevar tacones no es lo tuyo y tus andares no son ni mucho menos sexys. Te paras. Te das la vuelta y furiosa entras en casa y vuelves a poner los zapatos en la caja y te quitas el vestido. Otra compra más en el armario para siempre.
Te pones los "jeans" que sabes que se hacen el culo respingón , esa camiseta con escote, unos pendientes largos y las deportivas puma (que también te costaron lo tuyo) y sales corriendo que ya llegas tarde. Las amigas te esperan ya con un cubata en la mano y ves al fondo a ese chico. Al cabo de un rato te pasa por tu lado y tu como siempre le sigues con la mirada disimulando. Al final el chico se marcha con una rubiales que viste un vestido sexy y calza unos zapatos suicidas. Y tu te consuelas pensando que al final podrás aguantar la noche con los pies cómodos y preguntas: ¿Y ahora dónde vamos?


Y yo me pregunto... ¿Por q siempre que me compro unos zapatos bonitos en la tienda me parecen estupendos y super cómodos y en casa se transforman en aparatos de tortura? Misterios de la vida.

http://www.youtube.com/watch?v=BKxnJ5iyC-w

8 comentarios:

Daniel Marcos dijo...

Es muy curiosa la obsesión que tienen algunas mujeres con los zapatos pero es que hay pies que merecen la pena ser vistos en unos bonitos zapatos de tacón.
Lo de que en la tienda nos parezcan perfectos y en casa incómodos también nos pasa a los chicos; solo que no compramos tantos zapatos como vosotras... al menos yo.

Ingrid dijo...

daenyel: jejeje menos mal que me descubres que a vosotros también os pasa. Saludos!!!

Teresa dijo...

Donde yo vivo es una obsesion no solo los zapatos sino tambien los pies!! El indice de pedicuros por metro cuatrado es altisimo! Un dia tengo que hablar de esto en mi blog.
Lo que dices es tan cierto como la vida misma. Siempre me pasa y a veces los tengo que guardar meses antes de volverme los a poner del odio que les he tenido!

Unknown dijo...

Ostras,pues creo que la cuestión es que nos dejamos deslumbrar simplemente.A veces,lo que vemos,nos da tanto placer que llegamos a fantasear de un modo tan superlativo que no nos damos cuenta de que cuando salimos de la tienda es cuando hemos aterrizado de la ensoñación y ya no hay vuelta atrás.
Algo parecido pasa con las fantasías sexuales,a veces es mejor sólo imaginarlas que llevarlas a cabo,pues la mente nos puede jugar una mala pasada.Ojo,que me refiero a las heavies,eh?jejeje.

Daniel Marcos dijo...

Je, je. Lo que dice Orleans de al haber salido de la tienda... me pasa también mucho con los juegos de ordenador y de PSP...

Ingrid dijo...

Menos mal que veo que no soy la única. Supongo que el capitalismo ahce que proyectamos nuestras fantasías y deseos en objetos materiales,no?
Teresa: ¡¡¡bienvenida!!!
Orleans: sí, sí, con eso estoy deacuerdo contigo
Gracias todos por comentar

Anónimo dijo...

Yo soy la number one en comprar zapatos asesinos, siempre tengo pupas por algún zapato chungo... empezando por el del uniforme. Sin embargo, eso lo tengo asumido, lo que llevo peor, es que del escaparate los zapatos que más me gustan suelen ser los más caros... Eso me llega al alma... y al bolsillo, claro. Salu2

Ingrid dijo...

susi: jijiji normalmente siempre me gusta lo más caro de la tienda. ¿Por qué será? besitos guapaaaa