4 de enero de 2008

Confesión de una adúltera

Tengo que confesar a viva voz que ayer dormí en brazos de otro hombre. Al final de todo me morí de la vergüenza y me levanté del lecho hecha un lío: ¿Por qué había sucumbido? Supongo que el ambiente me tentó. Estaba lloviendo y además mi estado de ánimo no estaba para tirar cohetes. Sus manos estaban calientes y me eran agradables en la piel
Acababa de hablar con un amigo y el resultado final de la conversación tampoco me había consolado mucho.
Él, al ver mi cara de vergüenza, me dijo que no pasaba nada, que era normal y que era su intención. Que se había esforzado mucho para conseguirlo.
Nunca más voy a pedir hora a mi masajista después de comer.No hay forma de no dormirse con la barriga llenita y que te estén dando un masaje en la cabeza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajaja! M'ho has fet creure eh!!! Ai quin gustet lo del massatges al cap, és genial! Al meu ex li encantava que n'hi fes, però al d'ara no li agrada... :(

Anónimo dijo...

Ostres! Jo també m'ho estava creient!!
A mi també m'agraden el massatges i en Hideo els fa tant bé...aisss.

Anónimo dijo...

:-D

Lo que me recuerda que, DEFINITIVAMENTE, tengo que volver a aquel spa...

Иú®iĂ dijo...

cierto, pe3ro has de aprender a perder esa vergüenza, yo ya me he acostumbrado a caer domrida en sus manos y me lo perdono...jajaja