4 de julio de 2009

DIVINA JUVENTUD

FOTO DE LA WEB: WWW.AREAPADRES.COM

Ya no soy joven, tampoco digo que sea una vieja, pero la vida diaria me está dando ejemplos de que ya no soy lo joven que fui. Parece ridículo ¿verdad? Pues no. Me estoy quejando, estoy luchando a contra un rival invencible: el tiempo.

Las pruebas: cuando me remiro en el espejo: veo arruguillas que son las que marcan lo que serán las ARRUGAS, sí señores, ya se puede decir que soy una consumidora de cremas antiarrugas. Lo que antes se reafirmaba con solo 4 ejercicios y en 2 días ahora necesita más tiempo. Y ya no es solo el cuerpo, ahora soy yo la que sobra en los pubs y ya no digamos en las ¡discotecas! Las niñas monas que se tapan parte del trasero con una tela que ellas le llaman “mini” yo lo usaría como “bandolera” para el cuello me miran en plan: “y esta vieja qué coño hace aquí, tendría que estar durmiendo”. Lo peor es que yo también pensaba eso cuando tenía 16 -18 años y me re-maquillaba para parecer mayor (que incoherencias tiene la vida, eh?).


Antes cuando leía alguna revista "para mujeres" las protagonistas tenían o mi edad o un poco mayores, ahora son casi todas casi 10 años menores que yo, arg!

El otro día era la fiesta mayor de mi pueblo y mientras yo y mis cuñados disfrutábamos de la música, mi sobrino de 15 años nos pidió las llaves del coche porqué se aburría. A los 4 nos extrañó, pero claro el pobre, cómo no se tenía que aburrir con la música de Alaska ( a quién le importa) , Miguel Bosé (Amante Bandido), etc. … era “nuestra música” de “nuestros mejores tiempos”.
Lo más divertido del asunto que uno mismo no lo nota, uno se siente igual de joven y además se cree que los jóvenes de hoy son unos pardillos y unos consentidos y que ellos también nos ven jóvenes. Pues no señores, ellos nos ven como vemos nosotros a los de 60 años, ¡no distinguen! A los 16 crees que pasados los 23 años ya se es viejo independientemente si tienes 33 – 46 – 78, da igual, ya has pasado la frontera.

El otro fin de semana fuimos a tomar algo en un pub y lo primero que pensé: “¡que alta está la música1, así no se puede hablar, ¿porqué no la bajan?” y después recordé que antaño cuanto más alta estaba la música más me gustaba el local. ¡Qué cosas! Ahora ya estoy pareciéndome a mi abuela con eso de quejarse del ruido de los jóvenes.

Ahora solo me queda rezar para no ser una casca-rabias a los 32 años, espero poder soportar mi vejez prematura con dignidad.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me parece que todos esos cambios (a los cuales me úno en absoluta solidaridad contigo) no se deben a que estamos envejeciendo, sino a que somos jóvenes entrando en la madurez.
;-)

Kalikrates dijo...

Lo que ocurre es que el tiempo solo avanza en una dirección y estamos condenados a que los jóvenes repitan todas nuestras tonterías, añadiendo alguna de cosecha propia, creyendo siempre que los más mayores son estúpidos y no saben de qué va la fiesta.

Ken Solver dijo...

Ni que tuvieras 60...

Jac dijo...

que rancia es la viejuna esta...

Daniel Marcos dijo...

Ingrid, yo creo que eso nos pasa un poco a todos... jajaja... yo tengo veinticuatro años y ya empiezo a pensar que me hago mayor... jajaja.

Solo te diré una cosa, tú te verás todo lo vieja que quieras, pero yo sigo viendote guapísima.

Un beso.

Ingrid dijo...

Pampa: jejejeje, visto así... es más llevadero

kali: pues sí, tienes razón.

Kenneth: no, 32!

Jac: rancio tu mozalbete! actualiza hombre!

Daenyel: 24 años... eres un criooo y... muchas gracias! me has levantado el ánimo un montón.

Graciiiiias a todos

ivisca dijo...

Ayer un niñato me dijo "Adiós Señora". Lo maté con la mirada.

Unknown dijo...

A ver...estas permutas son lógicas.Lo que no sería normal es cumplir ochenta y bailar reggaeton cada sábado noche.Y no lo llamaría vejez prematura, sino hacerse fan del sosiego...que cuesta su trabajo,eh???
Petons.