Es sábado por la noche y estoy en casa, sola y mirando internet. He abierto el messenger y no hay NADIEEE conectado (22:21 de la noche) por dios, debo de ser la única que se está aburriendo en casa. Intento buscar una canción que he oido hoy en la radio y no me la puedo sacar de la cabeza.
Se nota que es otoño porqué estoy entrando en mi fase nostálgica.
Tengo la tele encendida en la habitación de al lado por no sentirme sola.
Podría bajar al bar donde está mi pareja, pero para verle detrás de la barra y estar rodeada de 4 borrachos... prefiero internet.
Suerte que hoy he salido de este maldito pueblo, al que adoro y odio al mismo tiempo. Es donde he crecido y de donde también huí... y regresé.
Que vacías están las calles. Esto es lo que pasa cuando vives en un sitio turístico. Que ascooooooo... me doy.
Antes soñaba que vendría alguien a sacarme de mi vida aburridaaaa, jajajaja, por fin he aprendido que solo hay una persona que me puede sacar de mi aburrimiento: yo.
Evidentemente en mis sueños era una persona de sexo masculino y que pensaba que yo era fantástica (ahora viene lo mejor), además vivía en otro país (me daba igual), otra cultura, con dinerito, eso sí, puesta a soñar, soñaba que me mantenía. En fin. El problema era que el sueño era que me sacaba de mi rutina y... nada más. Tampoco podía visualizar un futuro fantástico.
Ostras las 22:41 y con nadie con quien charlar por el messenger y yo divagando en mi blog.
Ya me veo bajando al bar lleno de humo e intentando hablar con mi novio a grito pelao mientras le piden un "cubata".