16 de noviembre de 2009

EFECTO DECATHLON


No se que tiene esta cadena de tiendas que cada vez que voy, eso sí arrastrada por mi pareja que es adicto, me entran ganas de irme de excursión a la montaña. No se si son esas fotos de gente feliz en el monte o los diferentes tipos de mochilas con esos sacos de dormir tan mullidos, esas botas de todos los colores a juego con esos calcetines que prometen mantener el pie seco y caliente durante tu travesía. Ah... travesía... esa palabra me incita a la imaginación tanto... montes verdes llenos de bosques que explorar, con hotelitos con encanto donde hay una gran chimenea y una bañera esperándote después de caminar horas por las cimas.
Pero la realidad es otra.
La gente corriente que solo vemos la montaña por la cuatro cuando el callejas escala montañas y de repente nos inspiramos y nos vamos al Decathlon a comprar forros polares a mamporro y con colores chillones y de paso nos compramos unas botazas, pero de las más buenas para esa excursión que tenenos pendiente con los amigos.
El año pasado caí en el efecto decathlon, quedamos unos cuantos amigos para ir a la montaña a ver nieve, así que me armé con un forro polar verde pino salvaje y me puse las botas buenas que me compré en japón y nos lanzamos a la montaña. De nieve no vimos nada de nada. Eso sí tuvimos la gran idea de reservar mesa en el restaurante del pueblo y eso se llenó en 2 minutos, ni que regalasen la comida y pude comprobar que había una mesa frente a la nuestra con un grupo numeroso y 4 de las chicas llevaban el mismo polar que yo, dos con el mismo color, uno rojo y el otro lila!! ostras ¡lila! un poco más y me levanto a preguntarle en que tienda había el color lila. Después de estar 2 horas en el restaurante comiendo comida típica de montaña: "mongetes" con butifarra, costillitas de cordero con patatas fritas y montones de all i oli todo regado con vino tinto de la casa y finalizado con un postre cargado de nata nos decidimos ir a ver la nieve, pero había taaaaanta cola que decidimos dar la vuelta y pa casa. Esa fue mi gran excursión a la montaña. Este año intentaré por lo menos pisarla.

4 comentarios:

Jac dijo...

jejeje, oye a tu próxima quedada montañera me apunto que me ha entrado hambre. Para que queréis ir a hacer ejercicio con lo malo que es el deporte?
besoooos

Jac dijo...

de todas formas a ti lo que te gusta de verdad es comprar zapatos, botas, ropa... Si pusieran mas tiendas en la montaña...

Daniel Marcos dijo...

A mí lo que me pasa con el decathlon es que siempre que voy digo: "Venga, esta vez sí voy a empezar a correr en serio".

Y empiezo a comprarme que si camisetas nuevas de esas que no sudan, pantalones, etc.

Después, me pasa como siempre... que voy a correr como mucho dos o tres veces al mes.

Kalikrates dijo...

En casa lo llamamos el Decartón pero compramos en el, sobre todo camisetas y calzado de monte.
Por otra parte, el equiparse con ropa de deporte para salir un sábado o domingo a hacer ejercicios en la barra (del bar) o trabajar el músculo haciendo levantamiento de vidrio, son actividades sociales de lo mas clásicas.